miércoles, 29 de diciembre de 2010

Paso 4 de 3

Me muevo entre la asquerosidad del alquitrán que tiñe mis dientes y engrasa mis pulmones, en ese aliento divino que vuelve todo denso y la ternura de un beso adultero, purificante, catártico y orgásmico.

En ese abrazo que lleva a la traición, que me hace feliz, que me libera de todo, destruimos nuestra subjetividad por una charla de dos horas, por risas que duran eternamente. Mientras desgarramos las leyes que nos privan del placer.

el idealismo llena el corazón ilusionado,
se destroza al ver el naturalismo de sus acciones

martes, 28 de diciembre de 2010

Círculo en vicio

en colaboración con Artemisa

Cuando terminábamos de reír, de hablar y te marchabas yo te odiaba. Te odiaba tanto... la cólera estremecía mi cuerpo, mis manos se agitaban impotentes en el aire y un grito frustrado se esparcía por mi mente. Odié tener que pretender, no poder decir ''me haces mal, carajo! Tú me haces mal!'' De pronto te veía a lo lejos y en esos besos me parecías tan puta.

Luego me hablabas de nuevo, el odio se desvanecía de golpe. Otra vez reíamos, otra vez te quería y luego te alejabas y yo volvía a odiarte.

Divagación

Mis pensamientos pasearon por Marlasca, Constantine, cigarrillos, cáncer, sacrificio, "Ultrabeba" y "Still" en lo que demoraba en terminar un marlboro rojo. Las luces frente a mi eran tan pequeñas como la luz incendiara de la punta de mi cigarro. Pasee la vista buscando la canción perfecta para el momento y pensando que seria propicio traer una silla a la azotea del edificio solo para sentarse y ver a la ciudad y al mar en el fondo. Aquel mar hermoso que nos amenazaba con un maremoto en los días sísmicos.
En el reproductor sonaba la voz histérica de un suicida sobre un tipo metido en una caja en forma de corazón o al menos así me gustaba pensar esa canción. Di una ultima pitada y me asome a esa caída de por lo menos treinta metros. Tentador, pero por el momento lo que caía era aquel cigarrillo moribundo aún encendido. Cuando tocó el piso se deshizo en pequeñas brasas que no inmutaron a los chiquillos que jugaban alrededor prendiendo cohetones, silbadores y todos esos juegos pirotécnicos que estaban prohibidos (al menos por ley). Era un ritual divertido buscar el lugar, poner el coheton, encenderlo, correr a un lugar seguro y taparse los oídos para protegerse de la explosión. El ritual se repetiría hasta que se acabaran los pirotécnicos o alguien saliese herido.
Suspiré, los padres debían estar en casa viendo la televisión o haciendo el lonche, completando su día monótono para luego acostarse y empezar de nuevo aquel ciclo infinito de frustración.
Termine de tararear la letra de "Still" y mientras las notas de la guitarra terminaban en mi cabeza, baje a mi casa, mi padre tirado en su cama, mi hermano perdido en algún lugar jugando, mi otro hermano apurándose a tomar un carro rumbo a alguna borrachera y mi madre saliendo a una reunión eclesial, hoy seré yo quien haga el lonche.

lunes, 27 de diciembre de 2010

El fin de una cita en diciembre

_Entonces nos veremos el próximo año._ Se despidió sonriendo.
_ Sí, supongo._ Respondió en un susurro. ¡Mierda! próximo año suena tan lejano, aunque hoy es 31.

jueves, 16 de diciembre de 2010

A pesar de haber tomado la mitad de su bebida ya sentía la resaca. Tal vez era por el ambiente, la música y la voz de opera de la muchacha en el escenario. Tal vez por qué el trago que pidió era solo pisco con colorante y hielo. O tal vez porque para llegar a aquel bar había corrido cerca de 15 cuadras, subido y bajado 7 pisos en menos de 5 minutos y la carencia de sueño por 48 horas.
La chica había dejado de cantar y una saxofonista tenia orgasmos múltiples con un solo de 5 minutos, todos movían el cuerpo al ritmo del saxo. Las notas fluían sin parar mientras sus cachetes se inflaban y desinflaban continuamente.
Echó la cabeza hacia atrás, no sentía mareo, tampoco nauseas, tal vez un poco de dolor de cabeza, pero iba más allá. No estaba borracho, ni mareado, ni picado. Por momentos sentía sus sentidos más "despiertos", pero no de una forma agradable era como si su cerebro intentase captar todo de una sola vez y de forma absoluta (pretensiones del humano por ser dios), atrapando de paso el caos de la realidad sin poder ordenarlo en una secuencia lógica y ficticia de hechos concatenados entre sí.
Pero solo por momentos. Había algo en él, tenía esa sensación que se tiene en la resaca, esa imposibilidad de recordar las cosas que pasaron entre botellas de ron, whisky, cerveza, pisco, vodka, tequila y demás productos etílicos. La sensación de haber hecho algo, tener presente ese algo y no ser capaz de decirlo justamente porque no te acuerdas. Frase que se acerca "sé que algo he hecho". 48 horas despierto y un trago en la hora 48 minuto 30 le hacían olvidar la razón de sus acciones en ese lapso de tiempo.
¿Por qué estaba ahí? ¿Cómo llegó? ¿Cuál era la prisa? mientras corría, subía las escaleras y se desvelaba todo tenia sentido, pero ahora no. Había algo que faltaba ¿cual era la motivación? y otra cosa ¿como carajos había llegado a su cama? bueno, que mierda importa. Me voy a dormir

domingo, 12 de diciembre de 2010

Solo era eso, una pared
una pared de color beige
que no sabía nada, que
no decía nada y que
solo me miraba

Era solo yo, yo entre libros
de pasta empolvada,
entre libros de crónicas
y hazañas, de colores y
de calles putas