miércoles, 26 de enero de 2011

Cuando estes lista

El viento no borró el humo de mis pasos ni se llevo las cenizas de mi casa. Estas, aun enrojecidas, yacían en el piso esperando la brisa de tus pasos al entrar a la cocina. Aun esperan, como yo, que tu presencia los disperse, que cojas la escoba y barras su existencia, aun esperan el grito de reprensión.

Esperan tiradas pues ya ha pasado mucho tiempo desde que cerraste esa puerta y yo abrí esa ventana para ver que carro tomabas y grababa las vueltas que daba hasta que desaparecía de mi vista de cuatro ojos. Aun esperan desde el día que el viento dejo de soplar y la ventana permaneció abierta. Esas cenizas aun escuchan el eco de esos pasos de baile que nunca aprendí, de la música que me obligaste a escuchar, de las risas y de los gritos.

Esperan inmóviles mientras yo les hago compañía en su espera. En realidad, ambos esperamos que vuelvas que entres, nos grites, hablemos, riamos, pongamos un disco y bailemos, que nos echemos juntos en la cama, que sufre de soledad, y sepamos que hemos tenido un buen día.

sábado, 22 de enero de 2011

Arco iris lunar

Me fui a sentar junto a las botellas de vino, recordando el dolor que se empozaba en algún lugar de mi pecho y controlando mi rostro para ir acorde a la alegría que me rodeaba. El dolor en mis ojos me recordaba las luces de los autos a medianoche, mi caminata a través de calles desiertas y sin siquiera el humo de un cigarro para acompañarme. La luna se ocultaba tras la humedad celestial y yo pensaba en decirle que existían arco iris lunares si la veía, cuando la vea de nuevo.

miércoles, 19 de enero de 2011

las rosas respiran tranquilas en la mañana de su muerte

PD: hemos decidido no morir este año

viernes, 14 de enero de 2011

Dejemos un espacio, solo unas lineas al impulso.

Quiero mandar todo a la mierda.

Vete a la mierda

jueves, 13 de enero de 2011

Pretty woman

Y ver ese antro de testículos muertos, traseros caídos,
senos al viento, sudores friolentos-
Leuzemia "Al ramerío"
Con un culo y tetas de plástico intentaba tapar la inseguridad que recorría por su cuerpo, aquel cuerpo tan falto de grasa, que alguna mano caritativa se la había arrebatado. Sonrió hacia nosotros con sus labios hinchados, perfectos e insanos. Nosotros devolvimos la sonrisa reprimiendo las arcadas y la conmoción que provocaba en nuestro estomago.

Salimos de aquel lugar corriendo, intentando dejar atrás la imagen de la belleza moderna.

martes, 11 de enero de 2011

Escapar

Las cosas pequeñas se ven engrandecidas al decirlo un ser que te quiere. Esperas esas palabras más que nada, algún gesto, una sonrisa oculta bajo la presión de la multitud. Deseas hallarla en casa o en algún lugar conocido para ti no para ellos. Y se establecen lugares donde ocultarte, subes una pesada cuesta y esperas.



Pasan los minutos y la gente te ve extrañada, sonríes en tus recuerdos y los ignoras. Las nubes pasan y el atardecer se pone oscuro, las luces se encienden y la ciudad ilumina las calles repleta de personas que caminan ajenos a tu espera. Te frotas la manos, revisas la hora y bajas la cabeza, no vendrá.



Un abrazo se cierne en tu espalda, ese abrazo hace que perdones todo. Una pequeña disculpa por la demora pues no es fácil despistar al mundo . Las palabras se alzan y en un murmullo se mantiene el secreto.

lunes, 3 de enero de 2011

En su cólera mató a su hijo dándole
pequeños bocados de pescado putrefacto
.

Él camufló su dolor escuchando la triste guitarra de algún amigo, tomando vino agrio y caminando hasta caer inconciente en medio del camino. Las sombras lo evitaron, el sol lo acompañó hasta que la luna tomó su lugar. Las nubes se apartaban de él, dejando su cuerpo seco a la intemperie.

Era domingo, arrastró su piel pegada a sus huesos hasta el mar. Una nube lo escoltó, el sol lo extrañó aquel día, la tormenta lo saludó y los truenos hicieron coro con la sinfonía de sus huesos quebrándose.
Las lágrimas atacaron furiosamente sus ojos, mientras el asco salía borbotones de su garganta y el desconcierto vaciaba su estomago. Sus rodillas se manchaban de barro mientras las arcadas estremecían su cuerpo.